Último Seminario

Ayer empecé mi último seminario de doctorado con Eduardo Fuentes. La temática giraba sobre el conocimiento profesional y sus componentes, en la primera parte, para después introducirnos en todo lo relativo a las "competencias" y la reforma de los estudios de magisterio.

Que bonito queda ver en un papel un enorme listado de compentencias, preciosas, que "alumbran" el desarrollo (¿o tal vez oscurecen?) el futuro profesional en formación. La distancia entre esas competencias y la realidad, la falta de participación del profesorado real, por su experiencia, que algo tendrán que decir digo yo, el que se planteen desde las posiciones de los teóricos... no sé, creo que lo más probable es que se queden ahí, en un simple papel.

Introducir esas grandes metas profesionales en un período de formación inicial supondrá una reconversión de los planes de estudio, una recorversión del profesorado de la universidad, ... una reconversión de la facultad, porque lo que yo he vivido, y de esto hace pocos años, distaba bastante de lo que en ese papel aparecía reflejado. También supondrá una reforma de los sistemas de formación permanente del profesorado en ejercicio (porque ese sigue estando ahí, todavía no se ha jubilado)

La problemática del profesorado, aunque muy compleja de conceptualizar al nivel global, en muchas ocasiones, en el día a día, no deja de ser de lo más mundano, con problemas de lo más simple, casi de andar por casa. Hecho en falta, como siempre, en todo esto a la administración que será la que pondrá medios, en muchos sentidos, para que todo eso sea posible, tanto en la propia universidad como en los centros cuando esos profesores en formación comiencen a trabajar, pensando también en que estos centros todavía están esperando por tantas y tantas cosas prometidas.

Demasiadas ocasiones lo traslado a mi situación, pero es que esto es tercermundista: yo quiero investigar, claro, pero mira como estoy: en estas condiciones, desarrollarme profesionalmente, aparte de costarme una pasta que sale directamente de mi bolsillo, me está suponiendo un sacrificio personal, familiar y temporal que veremos hasta que punto podré soportar. ¿cuenta la administración realmente con desarrollar un papel investigador por parte del profesorado? ¿realmente le apetece permitirlo? ¿hay canales abiertos para favorecerlo? Porque ahora mismo, la verdad, todo son trabas...

Y que casualidad: nuestros compañeros de seminario de Portugal nos presentaban una situación similar.